La filosofía detrás del género de terror cósmico se basa en una visión cósmicamente nihilista de la vida en general.
En este enfoque, la existencia de la humanidad se percibe como insignificante en comparación con el vasto y abismal universo.
Se destaca la idea de que no hay una presencia divina reconocible que brinde significado o protección, lo que lleva a una sensación de desamparo y vulnerabilidad frente a fuerzas desconocidas y aterradoras.
Este enfoque filosófico, conocido como cosmicismo, fue creado por Lovecraft y se nutrió de sus propias luchas personales y su visión pesimista de la existencia humana en un cosmos indiferente y hostil.
En el terror cósmico, se explora la fragilidad de la cordura humana cuando se enfrenta a horrores más allá de la comprensión y a entidades superiores que desafían la concepción humana de la realidad.
La sensación de aislamiento, el miedo a lo desconocido y la insignificancia de la humanidad en el universo son temas recurrentes que generan una atmósfera de terror existencial y desasosiego.
En resumen, la filosofía del terror cósmico se centra en la idea de que la humanidad es insignificante en un universo vasto y misterioso, donde las fuerzas y entidades que acechan en las sombras desafían toda lógica y racionalidad, generando un profundo sentido de temor y desasosiego en los personajes y en los lectores o espectadores.
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