Es la segunda obra que tengo el gusto de leer de Ken
Asamatsu, después de haber conocido su novela La Reina de Kn-Yan.
Tenia mis dudas con respecto sobre leer otra vez este
autor, su novela me resulto un tanto simple y alargada, no considero sea mala,
pero si carece del enganche que poseen otras obras Lovecraftnianas y parece una
misión del Resident Evil 6 en ciertos momentos.
Esta obra suya sería una antología de varios relatos
que suceden en el contexto de la Alemania del 30 al 45, de forma que tenemos
personajes ficticios compartiendo escena con otros históricos y que tienen una
buena sinergia, incluso me atrevo a
aseverar que la preparación para este libro debió ser exhaustiva, existen
tantas referencias, nombres, datos y localizaciones que existieron, como
referencia a otros hechos históricos que me dejo bastante perplejo la
dedicación de Ken Asamatsu sobre la elaboración de estos relatos.
El ritmo de los relatos es bien llevado, así como su
extensión, existen diversos giros de forma que la atención del lector es
constante.
La variedad de los relatos es algo muy destacable, en
El Autorretrato del Cabo tenemos una historia mas cercana a los cuentos góticos
y oníricos de Lovecraft, con un estilo evocador y descriptivo e incluso parece
que el racismo de Lovecraft sale de las mismas palabras del Cabo en algún
momento.
En cambio, en la Máscara de Yoth Tlaggon la narrativa
tiene un toque del estilo de cuentos de Randolph Carter, es mas aventura
combinado con la magia característica del mundo Onírico y una búsqueda de un
objeto prohibido que desemboca en situaciones algo cósmicas.
Considero que es el relato mejor llevado de la
colección, debido que todos sus personajes son memorables, tiene buena
interacción entre ellos e incluso da pie a querer investigar sobre las
referencias reales que han sido empleadas en la obra.
En el Continente de la Locura me vi maravillado como
pudieron hilar ciertos datos de otro relato, el misticismo de los alemanes y la
narración de En Las Montañas de la Locura con sutileza y no cayendo en copias,
incluso posee un estilo muy marcado.
El relato del 20 de abril, Gigantomaquia y Dies Irae
me parecieron interesante, una lectura fácil, pero sin mas interés, no
considero que cae en lo insípido ni que es irrelevante, pero siento que la
trama detectivesca por medio de cartas no es a la que me encuentro acostumbrado
como El que Susurra en la Oscuridad, eso con Relato de 20 de abril en cambio
los otros dos son historias consistentes y que entretienen, pero no me genero
mayor sensación.
El relato Una Fiesta para los Niños de la Noche fue
otra joyita en esta colección, la forma que aborda el vampirismo, lo que sucede
entre el pueblo y el castillo, como nos muestran un choque cultural en plena
invasión y las diferencias ideológicas, junto a la trama inmersa sobre la
duquesa.
Como un comentario final puedo considerar que hasta
ahora esta es mi mejor experiencia con respecto a las obras de Ken Asamatsu,
son relatos breves y con buena sustancia que mantienen el estilo Pulp.
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