Esta es una de las películas que vi el año pasado y más
me gustaron, la historia no es solo atrapante y la escenografía preciosa, sino
que sus actuaciones son increíbles y están tan bien logradas que se meten de
lleno en el personaje ambos actores, no por algo Daniel Day Lewis ganaría su
merecido segundo Oscar.
Aunque no lo parezca esta película tiene elementos de
la narrativa vampírica que iré mencionando.
La película empieza mostrándonos a Daniel, un hombre
de negocios y petrolero que busca hacerse una fortuna e imperio, se nos
presenta como un hombre muy individualista, de carácter y fuerte convicción que
busca la manipulación como su herramienta, es un vendedor neto que analiza a su
víctima para proceder emitir su léxico educado y ganarse a cada uno sin
distinción.
Su forma de ganarse la vida es taladrando en la tierra
y sacando su sangre, siendo así el petróleo, mismo con el cual incluso se
ensucia y parece no saciarse nunca de este, incluso hace una especie de bautizo
para su pequeño.
El niño no es más que el hijo de alguien que murió en
una exploración, este es adoptado por Daniel y aunque parezca que es una
actitud paternal, luego se podrá notar que fue más de una de sus muchas
tácticas para ser más cercano y vender.
En las reuniones de Daniel veremos su capacidad de
convencimiento, como busca la necesidad, promete saciarla y a su vez se
presenta como un hombre de familia que busca el bienestar común, finge que su
esposa murió en el parto de su hijo para buscar compasión y empatía.
Su actitud me recuerda mucho como suelen describirse a
los vampiros, seres de seducción, de verbo fluido y capacidad de
convencimiento, se presentan como un igual hasta que sacan sus colmillos, en el
caso de Daniel los taladros petroleros y tienen algún familiar humano que les
asiste o ayuda, en este caso su hijo quien es usado como un recurso para apelar
los corazones de las personas.
Conforme se avanza la película es notario el
enfrentamiento entre Daniel y la fe, siendo está representada por Ellie,
protagonizado por Paul Dano, mismo que será el adversario de Daniel y los enfrentará
en las diversas épocas que transcurre la película.
Mientras Daniel es un vampiro que quiere todo lo que
la sangre de la tierra le ofrece, Ellie cree ser el elegido de Dios para guiar
a los hombres, pero también es un mal hombre, busca crear una iglesia bajo su
imagen y conseguir lo que le haga falta, fingiendo sanación y prometiendo la
salvación.
Daniel es un narcisista severo, se ve en diversas
escenas, por orgullo este no busca el ultimo terreno que le ofrecen, sus
negociaciones son agresivas y busca cualquier forma en la que el único que gane
sea en él. Incluso cuando tiene la posibilidad de darle mención a Ellie para
que sea atendido y visto, prefiere no darle dicho gusto, aunque esto simbolice
una mejor relación para él, siendo siempre el centro de atención en donde se
encuentre.
Conforme la película va avanzando la relación de
Daniel y su hijo se ve complicada, pero luego es desplazado debido a la sordera
y al acercamiento de un supuesto hermano mismo que buscaría vivir a costillas
de Daniel, pero sería enfrentado y encontraría un trágico destino.
Daniel ve en su supuesto hermano alguien que le da
seguridad y compañía, pero solo es porque la relación con su hijo se ve
fragmentada al sentir distancia ya que la sordera impide que ambos se
comuniquen, también está que protegió a la niña de su padre que era severo
golpeándola, entonces es posible intuir que Daniel pudo haber sufrido una
infancia dura y como si fuera un mecanismo de defensa su narcisismo lo orillo
ser así, no queriendo volver a sentirse pisoteado y carente de dignidad.
Eso se refuerza en sus diálogos, cuando menciona que
es muy competitivo, pero tampoco le gusta que otros tengan éxito, siendo eso el
elemento porque guarda distancia con Elie y busca desacreditarlos
constantemente.
Una de las escenas que mejor muestra el narcisismo de
Daniel es su bautizo, cuando Elie lo hace arrodillar y le bautiza mientras lo
cachetea, este busca denigrarlo por lo sucedido tiempo atrás en la explotación
de petróleo, pero Daniel acepta tal acto con tal de obtener el oleoducto que le
dará un trato millonario y le hará ya dueño de todas las tierras.
Para el final de la película Daniel se encuentra refugiado
en su mansión a la que, como castillo de Drácula, no le da el sol, está
viviendo de los lujos que cosecho por drenar la sangre de la tierra y como acto
deshumanizante rechaza a su hijo en una escena durísima donde le confiesa su
origen, en este punto Daniel esta consumido por el narcisismo, sino estás
conmigo, estas en mi contra.
Elie lo visita con intención de obtener más dinero y
se humilla para convencer a Daniel, este luego de haber perdido a su familia,
obtener riquezas y estar en la cima de los lujos y metas que buscaba, mata a
Ellie a golpes proclamando que él es la verdadera tercera revelación, es el
pecador que se sobrepone ante otros y el ultimo en pie.
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