La obra es bastante corta, pero el
ritmo que maneja, los personajes sólidos y la alta documentación que es
evidenciable en cada página imprimen un realismo en la obra de lo más certero.
Este libro me mantuvo pegado a sus
páginas, lo devoré en tres días y fue un disfrute poder experimentar y conocer
de mano de la autora como era Chile en el auge de los nobles europeos.
La protagonista es Abigail Clayton,
quien debido a la pérdida de su padre se encuentra casada con el Dr Emmet
Clayton un hombre detestable en cada aparición que realiza, un sujeto de lo más
cruel y que sería el verdadero terror.
El resto de personajes como La
Marqueza, Sam Brando, el comandante Jacinto y más están bien construidos, sus
acciones son creíbles y obran en función de la narrativa sin forzar sucesos ni
cambios abruptos en su rol.
La
obra al ser de carácter sobrenatural en primera instancia nos puede hacer
intuir conclusiones de un terror relacionado con apariciones y sucesos
imposibles, aquello llega a suceder, pero los hechos paranormales no son más
que el motor de la trama para sacar a relucir los verdaderos monstruos, los
seres humanos viles y avariciosos que irrumpen en la vida de Abigail.
El
personaje de Abigail es uno trágico, los sucesos que han marcado su vida fueron
cruentos, pero su forma de enfrentar cada hecho es lo que la mantiene aún en su
esencia, una persona buena que busca brindar ayuda a las demás personas,
aquello es evidenciable debido a los diversos momentos donde esta acude en
ayuda de los menos afortunados del pueblo.
Atlas
como es conocido el pueblo es narrado con sumo cuidado, las referencias
geográficas, los personajes en los que se ve visitado, también quienes han
llegado y las ubicaciones anteriores que existieron permite que como lectores
experimentemos la sensación de reconocer el sitio como nuestro.
Sin
más puntos que acotar diría que como tal la obra no tiene puntos débiles,
quizás el final es algo apresurado, contrario al hecho de que ya a la página
treinta el libro da señales que la trama ya está complicándose más, pero
considero es entendible debido que la presentación de la normalidad del mundo
de la obra es necesaria y también evocar en el lector la sensación de
conocimiento.

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