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Este
es el primer libro de la trilogía de Javier Castillo y a su vez también es mi primera
lectura de su obra.
Como
tal la novela tiene una premisa simple, una niña desaparece y durante varios
años seguiremos el caso por los puntos de vistas de los secuestradores, la
periodista protagonista, el agente del FBI que se especializa en ese tipo de
casos y el profesor de periodismo, este elenco será esencial para desentrañar
la trama.
La
historia como tal no es muy compleja como otros thrillers, no tiene grandes
plot twist ni se encuentra forzada en situaciones extremas de los personajes en
cuanto implica resolución de problemas, su misterio es muy vago en cierta forma
porque como lectores sabemos que la niña está bien y creciendo, lo que nos
genera intriga es el cuándo se reunirá por fin con su familia, de forma que lo
que beneficia al escritor es la forma desordenada en la que se estructuran los
capítulos con diversos puntos de vistas y personajes haciendo que el mensaje
sea confuso.
En
este punto creo que es un truco muy simplista de cómo dar una falsa complejidad
de lectura a una historia, ya en el cine existen películas como Reservoir Dogs
y Pulp Fiction, también esta Memento, en la que lo principal de la historia es
la forma de narración, en este punto considero que el escritor no hace un uso
más complejo de las líneas de tiempo, un ejemplo de ello está en la serie Dark
o manga de Billy Bat, al manejar diversos sucesos en líneas distintas se crea
una sensación de orden que va por ya tocó tal año, volvemos acá y así, no
brinda el suficiente interés para que sea una experiencia inmersiva del todo.
A
su vez la protagonista me gusta, es un personaje interesante y que sabe
enganchar, tiene su complejidad, sus miedos, sus inseguridades, pero su
relación con otros personajes no se explora del todo o es muy superficial,
falta desarrollar lo que es la forma en la que se vinculan los personajes, en
esto soy más demandante ya que es un libro de una cantidad media de páginas con
un elenco cortísimos de personajes y que algunos no tienen más exploración y
otros no se vinculan con naturalidad.
Las
comparaciones son feas, pero leyendo este autor me recordó a las novelas de
Joel Dicker, mismas que también ya reseñe la trilogía de Marcus Goldman, y en
cada una existe un cast diverso de personajes, pocos son los que se repiten,
pero se los va explorando de formas interesantes con impacto, creo que eso es
lo que considero carece el libro, un poco más de fuerza e intención al momento
de hacer muestra de las relaciones humanas, un ejemplo El Caso Hartung es otra
novela de thriller muy buena que tiene varias páginas, pero condensa diversos
sucesos, escenarios y un manejo soberbio del misterio con ritmos que suben y
bajan con la precisión de un cirujano, en cambio en esta obra siento que habían
momentos álgidos de la trama, pero la narración y la prosa es muy escueta,
falta un uso mayor de las palabras, manejo de figuras literarias para
enriquecer el texto, es como una narración de memoria que ya hemos escuchado
mil veces, el típico sermón de vendedor de línea blanca en oferta.
Quizás
he sido algo duro, pero es la opinión que poseo como tal del libro, aun así no
lo considero malo, me lo leí en dos días y me mantuvo interesado, ahora voy a
la mitad del segundo y puedo notar que en esta ocasión se han arreglado muchos
de los errores que noté en el primero, existe un mayor misterio y uso de los
personajes como un buen manejo del ritmo.

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